La industria del alcohol etílico en México enfrenta un momento decisivo marcado por una demanda interna creciente, una capacidad instalada subutilizada y un mercado internacional en expansión. En este escenario, Centroamérica emerge como una región estratégica para las exportaciones mexicanas, particularmente en el segmento de alcohol etílico derivado de caña de azúcar.
Para 2025, se estima que México producirá aproximadamente 128.4 millones de litros de bioetanol. Sin embargo, solo el 29% de este volumen, equivalente a 37.3 millones de litros, provendrá de caña de azúcar, lo que resulta insuficiente para cubrir la demanda nacional. Ante esta limitación, el país se ve obligado a importar cerca del 50% del alcohol que consume, principalmente desde Estados Unidos.
Pese a este déficit, la situación también representa una oportunidad para rediseñar el papel de México como proveedor regional, especialmente frente a países centroamericanos que presentan menor capacidad instalada en este rubro. Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica figuran entre los principales mercados potenciales.
La región centroamericana comparte con México una estructura industrial similar en sectores como el farmacéutico, cosmético, alimentario y energético, donde el alcohol etílico cumple funciones clave. Su uso se ha diversificado en productos como geles antibacteriales, perfumes, saborizantes y desinfectantes industriales.
El potencial exportador también se refleja en otras industrias relacionadas. En enero de 2025, las exportaciones mexicanas de tequila a Estados Unidos alcanzaron los 37.1 millones de litros, lo que representó un incremento del 29.3% respecto al mismo mes del año anterior. Este dinamismo evidencia una demanda regional sostenida de alcohol etílico como insumo clave.
De acuerdo con Forbes Centroamérica, actualmente, la infraestructura nacional de destilación se limita a unos cuantos ingenios con destilerías funcionales. Por ello, especialistas advierten sobre la necesidad de impulsar políticas públicas enfocadas en incentivar inversiones en infraestructura, otorgar estímulos fiscales y fomentar certificaciones de calidad. Estas medidas permitirían no solo reducir la dependencia de importaciones, sino también consolidar una oferta exportadora competitiva.
Centroamérica representa una extensión natural del corredor comercial que México mantiene con América del Norte. Apostar por esta región podría fortalecer la presencia internacional del alcohol etílico mexicano y abrir nuevas oportunidades para empresas nacionales interesadas en expandir su presencia en mercados estratégicos.
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