• vie. Oct 11th, 2024

El Niño y tormenta Pilar sacuden la industria azucarera de El Salvador

En medio de un clima económico ya desafiante, el sector azucarero de El Salvador enfrenta una zafra 2023-2024 marcada por la adversidad climática y la incertidumbre global. Según la Asociación Azucarera de El Salvador (AAES), la producción de azúcar se ha visto reducida en un 5% debido a los embates del fenómeno de El Niño, una circunstancia agravada por la tormenta tropical Pilar, que dejó daños considerables en los cultivos.  

“Hubo falta de lluvia en mayo y julio, comenzó a llover tarde, entonces se prevé una baja en la producción de la caña y por ende en el rendimiento agrícola y de fábrica también”, detalló Julio Arroyo, director ejecutivo de la AAES. Esta merma anticipada ha impulsado un retraso en el inicio del corte de caña, programado para el 27 de noviembre, en lugar de la fecha habitual entre el 15 y el 20 de noviembre.  

No obstante, el presidente de la Asociación de Productores de Caña en El Salvador (PROCAÑA), Óscar Orellana, aporta un atisbo de esperanza: “Este año se ha desplazado un promedio de 15 días esperando que los cañales del segundo y tercer tercio puedan desarrollarse un poco más por el tema de la sequía que se tuvo a lo largo del año”.  

El anterior ciclo 2022-2023 cerró con 788,048 toneladas métricas de azúcar, una disminución del 2.5% en comparación con las 807,479 toneladas métricas del ciclo previo. Además, la producción de melaza experimentó una aún mayor caída del 4.2%, con 284,631 toneladas métricas.  

Más allá de los desafíos climáticos, los productores también han tenido que lidiar con el alto costo de los insumos agrícolas e industriales. Aunque los precios han bajado desde los picos del periodo 2021-2022, siguen estando por encima de los niveles prepandemia, como señala Orellana: “Igual los precios de los fletes han bajado, pero si se compara con los que había antes de la pandemia están más altos”.  

El impacto de la tormenta tropical Pilar ha sido significativo, con informes de productores en Santa Ana y Usulután que indican daños a los cultivos por vientos fuertes. “El agua no es beneficiosa, mucho menos en exceso porque afecta el proceso de maduración”, explicó el presidente de PROCAÑA, señalando el peligro que representa la lluvia en la etapa de cosecha para la maduración y calidad del azúcar.  

Este panorama preocupante se refleja a nivel mundial. Bloomberg, sitio especializado en finanzas, advierte que el mercado del azúcar podría estar en la cúspide de su peor escasez, mientras que Investing.com reconoce que la cadena de suministro global del azúcar enfrenta desafíos significativos, en particular en India, uno de los mayores productores, donde se espera una caída en la producción de más de 32.8 millones de toneladas métricas este año.  

Frente a este escenario, la industria azucarera salvadoreña se mantiene firme, adaptándose a los tiempos y esperando que, a pesar de los retrasos, la zafra concluya en las fechas programadas, entre el 15 y 20 de abril de 2024, tal como lo señala Arroyo, confiando en que “habrá menos producción”, pero con la convicción de cumplir con los ciclos establecidos.

De La Prensa Gráfica

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